Los artríticos y personas con dolencias de espalda
constituyen la mayoría de los pacientes de un acupuntor. La osteoartritis y la
artritis reumatoide responden bien, tanto a la forma tradicional china de esta
terapia, como a su forma occidental.
El tratamiento de acupuntura suele ser más eficaz en
pacientes con formas leves de artritis, antes de que el estado se vuelva
crónico y se hayan desencadenado los cambios degenerativos que provocan el
movimiento restringido, así como el dolor agudo.
La acupuntura no cura la artritis, pero puede aliviar el
dolor asociado a ella durante períodos de tiempo cada vez más largos. Incluso
un alivio temporal del dolor, sin medicamentos, es todo un logro para los
artríticos.
El término “acupuntura" deriva del latín, acus, que
significa aguja, y punctus, que significa pinchar. El tratamiento consiste en
insertar unas finísimas agujas en determinados puntos de la piel. Los puntos de
acupuntura se reparten a lo largo de los meridianos, o canales de energía
invisibles. Existen 14 meridianos mayores, 12 de los cuales están conectados
con órganos internos, de los que reciben su nombre.
La medicina tradicional china
Los terapeutas sostienen que la fuerza vital, o energía,
fluye a lo largo de los meridianos. La fuerza vital, conocida como qi o chi,
tiene dos componentes principales, yin y yang. El equilibrio entre el yin y el
yang es esencial para una mente equilibrada y un cuerpo sano. El yin es la
fuerza vital femenina, pasiva y pacífica. El yang es la fuerza masculina,
agresiva y batalladora. Mientras que el yin representa la oscuridad, el frío,
la humedad y la inflamación, el yang representa la luz, el calor, la sequedad y
la tensión. Mientras que el yin representa el descanso, la tierra, la
introspección y el agua, el yang representa la actividad, el ciclo, la
expansión y el fuego. Cualquier desequilibrio entre el yin y el yang es causa
de enfermedad y desarreglos. Esta teoría difiere completamente de la que sustenta
la medicina occidental.
Al fluir nuestra energía por los meridianos, y porque las
enfermedades representan un desequilibrio de nuestra fuerza vital, el acupuntor
busca liberar o desbloquear los meridianos para restablecer el flujo energético
en su interior. Esto se hace mediante la estimulación de los puntos de
acupuntura.
Existen unos 1.000 puntos de acupuntura. Tradicionalmente,
se pensaba que eran 365, uno por cada día del año. Los acupuntores occidentales
no utilizan más de 200 puntos, algunos incluso menos. Los acupuntores
tradicionales chinos utilizan muchas más agujas y durante más tiempo.
¿Funciona la acupuntura?
Para un occidental, es menos importante aceptar
intelectualmente la teoría de la acupuntura que responder a dos preguntas:
¿Funciona? ¿Es segura? La acupuntura se lleva practicando durante siglos como
uno de los elementos de la medicina ortodoxa china. Se utiliza para curar la
enfermedad y aliviar el dolor. Se ha utilizado como anestesia durante el parto
y algunas operaciones quirúrgicas.
Estos datos están bien documentados. Claramente, la
acupuntura funciona.
Cómo funciona la acupuntura
Los expertos occidentales sostienen que la estimulación de
los puntos de acupuntura mediante agujas, la punta de los dedos en la
acupresión, y el calor en la moxibustión produce la liberación al torrente
sanguíneo de dos sustancias químicas: las endorfinas, hormonas analgésicas y
del placer, y las encefalinas, que adormecen los sentidos. Todo ello se traduce
en el alivio del dolor.
Al insertar una aguja,
se dirige un impulso nervioso hacia la columna, que desencadena la liberación
de endorfinas. Otros expertos apoyan la teoría de la puerta de control, según
la cual los impulsos del dolor pueden regularse por una puerta situada a Io
largo de las vías del sistema nervioso. Algunas fibras nerviosas, al ser
estimuladas por acupuntura, cierran la puerta y dejan fuera el dolor
¿Es segura la acupuntura?
El que una terapia sea alternativa, complementaria o
natural, no significa que sea segura. La acupuntura, por lo general, se
considera segura, pero hay que tener en cuenta una cuestión importante: el
terapeuta debe utilizar agujas desechables. Algunos afirman que las agujas
esterilizadas son aceptables, pero para mayor seguridad, deberían ser de un
solo uso. Otros peligros asociados a la acupuntura incluyen desmayos, aumento
del dolor y neumotórax (perforación pulmonar). Aunque se han dado casos, no son
frecuentes.
La acupuntura se emplea actualmente en clínicas ortodoxas
del dolor en los centros de salud de la mayoría de los países occidentales.
Muchos médicos alopáticos alaban su eficacia, aunque no estén de acuerdo con el
mecanismo exacto por el que funciona.
Al acudir por primera vez a un acupuntor este determinará su
estado de salud a través de un detallado historial médico y de las preguntas
que formulará sobre su estilo de vida, dieta, ejercicio, hábitos de sueño y
nivel de estrés.
El acupuntor lo tratará en función de las ancestrales normas
del diagnóstico chino. Comprobará la lengua, la coloración y estado de la piel,
el cabello. la postura y el aspecto general de bienestar, junto con el sonido
de la respiración y la voz.
El acupuntor también diagnosticará a través del pulso para
decidir el mejor tratamiento. El terapeuta calibrará el estado energético de
los meridianos, simplemente tomando el pulso arterial radial en la muñeca. En
cada muñeca existen seis pulsos. por tanto 12 en total. Cada pulso representa
uno de los 12 principales órganos del cuerpo. Tomar el pulso se denomina
palpación. El acupuntor experto puede diagnosticar múltiples enfermedades
mediante palpación.
Una vez establecido el estado general de salud, el acupuntor
insertara cuidadosamente las agujas en los puntos de acupuntura de determinadas
partes del cuerpo.
La inserción de las agujas suele ser rápida, indolora y no
causa sangrado. Se insertan a una profundidad de unos 6-12 mm y luego se giran
suavemente entre el pulgar y el índice para estimular la energía o para aliviar
la presión del punto de acupuntura. Puede que se sienta un ligero
entumecimiento o cosquilleo. El acupunror puede utilizar desde una o dos
agujas, hasta una docena o más. Las agujas se dejan desde unos pocos minutos
hasta más de media hora.
Los pacientes de artritis pueden sentir cierto alivio
del dolor después de la primera sesión, pero lo más probable es que hagan falta
varias, puede que media docena, hasta que se perciba un verdadero beneficio.
También puede ser necesario continuar con las sesiones de acupuntura si el
alivio del dolor no es muy duradero. Sí no experimenta ninguna mejora después
de más de siete u ocho sesiones, lo más aconsejable es acudir a otro acupuntor,
o probar con otra terapia. Puede ser que la acupuntura no sea eficaz en su
caso.
En casa
Aunque en realidad no se puede practicar la acupuntura sobre
uno mismo, se pueden aprovechar los conocimientos adquiridos durante la sesión
y aplicarse acupresión. Para ello, basta con masajear o aplicar una ligera
presión con la punta de los dedos sobre los puntos que proporcionen mayor
alivio durante la sesión de acupuntura. El acupuntor podrá explicarle el mejor
modo de hacerlo y los puntos sobre los que deberá concentrarse.
Algunos acupuntores dejan puestas una o dos agujas, y eso le
permitirá girarlas cada vez que sienta un dolor agudo. Pregúntele al acupuntor
si en su caso está indicado.
Encontrar un buen especialista
La mejor manera de encontrar un terapeuta es el boca a boca.
Además, puede comprobar las credenciales del acupuntor elegido en el
correspondiente colegio profesional. Otra opción es pedirle al médico de
familia o al especialista del hospital que le recomiende uno. La unidad del dolor del hospital seguramente
dispondrá de algún acupuntor.