La reflexología en el tratamiento de la Artritis | ARTRITIS24

➕ Artritis24

ad1

La reflexología en el tratamiento de la Artritis

La reflexología es cada vez más popular gracias a su capacidad para aumentar los niveles de energía, generar una sensación de bienestar y aliviar el dolor. Se trata de una terapia beneficiosa para muchas personas que sufren artritis.

Al igual que la acupuntura y la acupresión, la reflexología se basa en los mismos principios de una fuerza vital que fluye por el cuerpo a lo largo de canales. Sin embargo, los puntos terminales, o zonas reflejas, de los canales energéticos en reflexología se sitúan en los pies y las manos. En acupuntura, esos puntos terminales se sitúan por todo el cuerpo. El reflexólogo no utiliza agujas, como en acupuntura, para estimular los puntos, sino la presión. La acupresión trabaja sobre los mismos puntos que la acupuntura, pero con presión.

La reflexología se ha desarrollado según el concepto básico de que cada parte del cuerpo está conectada con unos caminos que finalizan en las zonas reflejas de los pies o las manos. Al aplicar una presión controlada sobre esos reflejos de un modo preciso y sistemático, el reflexólogo estimula el cuerpo del paciente para que éste alcance el estado de bienestar y salud.

El cuerpo posee una enorme capacidad de autocuración. Tras una enfermedad, o situación de estrés, el organismo se encuentra en situación de desequilibrio, con los canales de la energía vital bloqueados, lo que le impide funcionar correctamente. El  reflexólogo desbloquea estos canales. Además, el tratamiento sobre todo el pie puede producir un efecto profundamente relajante y curativo sobre todo el organismo. La utilización de los puntos de presión en el pie para estimular las propiedades autocurativas del organismo no es nada nuevo. 

La reflexologia se practica desde hace miles de años, en alguna de sus variedades, por distintas culturas en todo el mundo. Existen evidencias de que en China se conoce desde hace 5.000 años, y desde hace 4.000 en Egipto. La práctica se extendió por Europa, y durante la Edad Media se practicaba alguna forma de terapia sobre puntos de presión.

La reflexología moderna tiene su origen en los estudios médicos y neurológicos llevados a cabo en el Reino Unido y Alemania durante la década de 1890. La tradición de la terapia sobre puntos de presión se fusionó con los nuevos descubrimientos sobre la terapia de zona y los efectos del masaje sobre el sistema nervioso simpático.

El doctor William Fitzgerald, otorrinolaringólogo norteamericano de finales del siglo XIX, impulsó esta técnica en 1913. El doctor Fitzgerald descubrió que al presionar ciertos puntos de los pies se inducía un efecto anestésico sobre ciertas partes del cuerpo. Experimentando con la aplicación de presión sobre distintas partes de los pies, con las manos o con algún instrumento especial, desarrolló un sistema que denominó terapia de zona.

La reflexología, o terapia de zonas reflejas, como se conoce a veces, se hizo popular en Estados Unidos en la década de 1930 y fue introducida en el Reino Unido en el decenio de 1960. Una teoría de la reflexología moderna es que, cuando nuestros antepasados caminaban y corrían descalzos sobre un suelo irregular, las terminaciones nerviosas y zonas reflejas del pie recibían un constante masaje. Pero hoy pasamos la mayor parte del tiempo sentados y, cuando caminamos, lo hacemos sobre una superficie dura y plana, con los pies encerrados en zapatos. Por tanto, ya no reciben masajes ni estímulos.

Cuando una mujer lleva zapatos de tacón, se altera el reparto del peso sobre la planta: unas zonas reciben una presión adicional y otras no resultan estimuladas.

¿A quién beneficia?

La reflexología no puede curar la artritis, pero alivia el dolor crónico y aumenta los niveles de energía. Más que para curar, se aplica para aliviar el cansancio y el dolor. Por eso es un buen complemento para otros tratamientos, sean complementarios o de medicina convencional. Mucha gente que toma fármacos o sigue algún tratamiento médico nota que la reflexología reduce, o elimina, los efectos secundarios y así, aumenta los beneficios de la medicina ortodoxa. Tras una cirugía, la reflexología ayuda a estimular el proceso de curación.

Uno de los aspectos más interesantes de la reflexología en el tratamiento de la artritis es que algunos terapeutas afirman ser capaces de detectar depósitos cristalinos de calcio o ácido úrico. De ser así, las personas que padecen gota podrían beneficiarse de unas sesiones de reflexologia. Sin embargo, otros terapeutas  afirman que los depósitos que sienten son una acumulación de ácido láctico.

La consulta

El reflexólogo elaborará un detallado historial médico y del estilo de vida del paciente durante la primera consulta. Después, examinará los pies, fijándose en su aspecto general, temperatura y color.
Antes de iniciar el tratamiento, el reflexólogo aplicara polvos de talco para facilitar el movimiento suave y uniforme de sus manos sobre la superficie del pie.

Durante el tratamiento, ejercerá una presión variable con el pulgar sobre los reflejos de los pies, concentrándose en cualquier zona sensible. Estas zonas indican qué parte del cuerpo está falta de equilibrio. Las sesiones suelen durar unos 50 minutos y pueden empezar siendo semanales, para celebrarse posteriormente cada dos o tres semanas.

Durante el tratamiento, el cuerpo experimenta un proceso de desintoxicación. Esto puede manifestarse después en los llamados efectos secundarios de la reflexología, que comprenden articulaciones doloridas, diarrea, mayor necesidad de orinar, sensación de catarro. Si se produce alguno de estos síntomas, debería tenerse por buena señal, pues indica que el organismo está eliminando las impurezas y toxinas. En cualquier caso, no durarán mucho tiempo.

¿Cómo funciona?

No existe una teoría unificada sobre cómo funciona la reflexología, pero los reflexólogos afirman que los beneficios dela terapia derivan de alguno o la totalidad de los procesos siguientes:

- una profunda relajación muscular y el alivio de la tensión y el estrés.

- una mejoría de la circulación cardiovascular y linfática.

- la estimulación e inhibición de la transmisión de los impulsos nerviosos hacia el cerebro, sobre todo los del sistema nervioso autónomo.

- la reducción del dolor a través de la puerta de control y la
estimulación de la producción de endorfinas.

- La estimulación de los puntos clave sobre los meridianos de acupuntura.

- los efectos sobre el campo electromagnético del cuerpo.

- los beneficios de una hora de descanso.
- los beneficios psicológicos de una hora de atención y cuidado personalizado.

En casa 
El máximo beneficio se logra al recibir un masaje de reflexología, pero también se obtiene alivio al trabajarse uno mismo algunos de los puntos de reflexología. El terapeuta podrá enseñarle cómo hacerlo y asegurarse de que lo hace correctamente.

Siempre que pueda, camine descalzo. Caminar descalzo por la casa masajeará y estimulará los puntos de reflexología. Igualmente, si camina descalzo sobre la hierba, la arena, la tierra o sobre piedras suaves, aumentará los niveles energéticos de su organismo y se sentirá mejor.

Una versión moderna de la reflexología, el Vacuflex, utiliza una bomba de vacío y la succión para simular el efecto de las manos de reflexólogo.