Entre las formas menos comunes de artritis se incluye la espondilitis
anquilosante, el lupus, la artritis psoriática, la artritis infecciosa, la
artritis séptica, el síndrome de Sjögren, la fibromiálgia y la polimiálgia
reumática. También existe una serie de síndromes reumáticos asociados a la
infección por VIH.
En algunas formas inflamatorias de artritis. el anticuerpo
reumática no se encuentra en la sangre. Estas formas se conocen por el nombre
de artritis seronegativas, e incluyen la espondilitis anquilosante, la
enfermedad de Reiter, la artritis psoriática y la colítica: la artritis que
surge tras una infección.
La espondilitis anquilosante es una enfermedad, dolorosa y
progresiva, de las vértebras de la columna. De resultas de la inflamación, se
forma un tejido de cicatrización en el espacio intervertebral que hace que las
articulaciones se vuelvan rígidas. El tejido puede convertirse en hueso de modo
que, tras la inflamación, quedan unos depósitos óseos en los bordes de las
vértebras. El hueso se extiende a los lados de la vértebra afectada y puede
fusionarse. Si no se trata, puede causar una grave deformación de la columna en
la que la persona afectada va siempre inclinada hacia delante.
La espondilitis anquilosante es mucho más común en varones.
Éstos pueden desarrollarla entre los 17 y los 27 años, normalmente al comienzo
de la veintena. Existe un fuerte factor genérico, el HLA 827, ligado a un tipo de tejido. Sin embargo, no todos los
portadores del gen desarrollan la enfermedad.
Síntomas
La espondilitis anquilosante comienza con un persistente
dolor de espalda y rigidez matinal que suele mejorar a lo largo del día con el
movimiento. Otros síntomas pueden ser fatiga crónica y pérdida de peso. Puede
producirse dolor en el pecho y costillas, dificultando la respiración. También
puede producirse dolor en las nalgas y muslos, así como tobillos hinchados y
talones sensibles.
El problema debe tratarse de inmediato para evitar el
bloqueo de la columna. Se precisan análisis de sangre y radiografías para el
diagnóstico definitivo.
Una complicación bastante rara es la iritis o la uveítis,
caracterizada por ojos rojos y doloridos. Si aparece, hay que acudir de
inmediato al hospital.
Tratamiento
La espondilitis anquilosante no tiene cura, aunque se puede
frenar su avance con el movimiento, y aliviar el dolor con calor.
Los baños calientes, las botellas de agua caliente o las
mantas eléctricas, junto con un colchón firme, son de gran ayuda. El ejercicio
regular, bajo supervisión médica, es importante para que, aunque se produzca la
fusión de las vértebras, la espalda se fusione derecha y no curvada. Si trabaja
sentado ante un escritorio, debe cambiar a menudo de postura para que la
columna no esté en la misma posición durante mucho tiempo.
Lupus eritematoso sistémico
Ésta enfermedad, a veces llamada lupus, o LES, es un desarreglo
sistémico autoinmune que produce una inflamación crónica que afecta a cualquier
órgano del cuerpo. La sufren unas tres o cuatro personas de cada 10.000, y es
más común entre los afrocaribeños y algunos asiáticos que entre los caucásicos.
Afecta con más frecuencia a las mujeres que a los hombres.
En caso de lupus, el sistema inmunológico ataca los tejidos
sanos del cuerpo. Ésto provoca problemas en todos los sistemas del cuerpo. Los
síntomas pueden incluir fiebre, malestar, pérdida de peso, erupciones cutáneas,
dolor articular, problemas respiratorios, daño hepático y desarreglos
gastrointestinales.
Muchos fármacos usados para tratar el lupus son inmunosupresores
y aumentan el riesgo de infección,el lupus puede estar causado por una
infección o virus, por la exposición al sol, o por determinados fármacos.
Artritis psoriática
La artritis puede estar asociada a la psoriasis. La artritis
psoriática es una inflamación de las articulaciones de personas que ya sufren
psoriasis o que pueden sufrirla en el futuro. La psoriasis es una enfermedad
que provoca descamación en la piel y uñas, y que afecta a una de cada 50
personas. Entre las personas con psoriasis, una de cada 10 desarrollará una
artritis asociada. La enfermedad afecta a personas de todas las edades, y a
hombres y mujeres por igual.
También asociada a la artritis psoriática, se puede producir
una dolorosa inflamación en el punto del hueso donde se fijan los ligamentos y
los tendones, por ejemplo en los talones.
Artritis infecciosa
La artritis puede desencadenarse por una infección vírica,
sobre todo por la rubéola. Esta forma de artritis suele ser curable si se trata
de inmediato. Sin embargo, sin el adecuado tratamiento, la artritis infecciosa
puede producir graves daños en las articulaciones y extenderse a otras partes
del cuerpo.
Esta enfermedad suele estar causada por bacterias. También
pueden deberse a virus, como el de la hepatitis infecciosa, las paperas y la
mononucleosis. La artritis fúngica es menos habitual.
Artritis séptica
Producida por una herida profunda, u otra infección, como la
tuberculosis o la gonorrea, la artritis séptica implica la infección de la
articulación. Puede existir una historia previa de herida infectada, como un
uñero, forúnculo o nódulo ulcerado. La artritis séptica provoca ardor y dolor
en la articulación. y una inflamación desproporcionada. El tratamiento consiste
en aspiración, o drenaje, y antibióticos.
Síndrome de Sjögren
Es un tipo de artritis crónica acompañada de sequedad de
ojos y boca. Otros síntomas son irritación y sensación de arena en los ojos.
Los párpados pueden pegarse. La masticación y deglución resulta dificultosa. La
voz puede volverse débil y aflautada, y los dientes pueden empezar a
degenerarse. El tratamiento suele ser el mismo de la artritis reumatoide.
Fibromialgia
También conocida como fibrositis, la fibromialgia es un
proceso que causa dolor, rigidez y fatiga. Se origina en los músculos y tejidos
blandos. El paciente presenta diversos puntos de sensibilidad en determinados
músculos. Los síntomas son dolor y rigidez en el cuello, hombros, parte
superior de la espalda, zona lumbar y caderas. Además puede haber dolor en el
pecho y las rodillas, alteraciones del sueño, síndrome de colon irritable y migraña.
La fibromialgia no responde a la aspirina ni al paracetamol,
y los analgésicos más fuertes pueden resultar ineficaces. Se recomiendan los
baños calientes, los ejercicios de relajación, el masaje, nadar en agua
templada y los ejercicios para mejorar la postura.
Polimialgia reumática
La polimialgia reumática es una alteración típica de las
personas mayores de 50 años. Provoca una rigidez severa y dolor en los músculos
de la zona del cuello, hombros y caderas. Otros síntomas incluyen inflamación
de las arterias, que puede provocar ceguera, fatiga, pérdida de peso, febrícula
y depresión. Afecta al doble de mujeres que de hombres. El tratamiento implica la administración de
corticosteroides.