⭐ Causas de la artritis. Genética, herencia, hábitos | ARTRITIS24

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⭐ Causas de la artritis. Genética, herencia, hábitos

La artritis, en sus múltiples formas, se debe a diferentes y complejas causas. En algunas formas de la enfermedad, la edad es el factor fundamental. En otras, se debe a una alteración de la química del cuerpo o al mal funcionamiento del sistema inmunológico.

Las investigaciones actuales sobre las causas de la artritis incluyen el estudio del funcionamiento del sistema inmunológico y de lo que falla en muchos casos de artritis. Las etapas y mecanismos de la reacción autoinmune, en la que los tejidos del propio organismo son atacados por los anticuerpos, están cada vez ¡más claras y ofrecen esperanzas para el desarrollo de nuevos tratamientos.

La mayoría de las enfermedades empeora con la edad, y, aunque ésta quizá no sea la causa de muchos procesos artríticos, sí que influye en la aceleración del proceso y el debilitamiento de los mecanismos de inmunidad y defensa, por lo que el organismo es menos capaz de combatir la enfermedad. Además, con los años, el metabolismo se vuelve más lento y aumenta nuestra predisposición a engordar. Esto puede afectar al desarrollo y progresión de la artritis.

Algunos factores de riesgo son controlables: podemos adelgazar, dejar de fumar y. en general, mejorar nuestro estilo de vida con vistas a aliviar la artritis.

El exceso de peso

Las personas con exceso de peso someten a todo su organismo a un mayor esfuerzo. Las articulaciones del sistema músculo-esquelético no son una excepción y necesitan trabajar más en caso de exceso de peso. Lo que normalmente es una enfermedad degenerativa o de desgaste, se convierte, en personas obesas, en un serio riesgo para la salud.

El  delicado mecanismo de las articulaciones, sobre todo de aquellas que soportan peso, como las caderas, rodillas y tobillos, tendrá que estirarse al límite. Por ejemplo, las vértebras de la columna se comprimen. El cartílago que rodea el extremo de los huesos se vuelve menos flexible. Los músculos y las articulaciones necesitan más oxígeno, pero el cuerpo con sobrepeso y  un sistema cardiovascular alterado no podrá producir bastante, ni lo suficientemente rápido para cumplir con la demanda. El esfuerzo al que están sometidas partes cruciales de la articulación puede aumentar por cuatro o cinco de modo que una ligera pérdida de peso supondrá una gran diferencia en el esfuerzo al que se ve sometida una articulación que soporta peso.

La artritis es mucho más común en mujeres con sobrepeso. El exceso de peso es claramente negativo en caso de osteoartritis, y se recomienda que quienes la padecen recuperen cuanto antes su peso ideal. La obesidad también afecta en otros tipos de artritis, ya que la vida diaria es mas agotadora si se tiene sobrepeso.

¿Cuánto es demasiado?

Los métodos tradicionales para calcular el peso adecuado, como las tablas de peso y altura, ya no se consideran suficientemente eficaces para determinar el peso ideal. Tampoco tienen en cuenta la proporción entre músculo y grasa. El musculo pesa más que la grasa, y se puede pesar más que otra persona de la misma estatura, pero estar más en forma. Actualmente, los médicos se guían por el índice de masa corporal (IMC) para determinar si el peso está dentro de los limites normales.

El factor hereditario

Muchos tipos de artritis atacan con más frecuencia en algunas familias. Sin embargo, eso no quiere decir que la artritis se “herede”. Lo más que se puede decir es que se ha heredado una predisposición genética a sufrir esa enfermedad, cuando los padres, abuelos y tíos la padecen.

El factor genético

¿La artritis es genética? En su desarrollo está implicado más de un gen. Sin embargo, por el mero hecho de tener el gen, no significa que vaya a desarrollar la enfermedad. Igualmente, algunas personas que no son portadoras del gen, pueden desarrollar la enfermedad. Lo que sí se hereda es una fuerte tendencia a desarrollar alguna forma de osteoartritis. La herencia es el principal factor en la espondilitis anquilosante.

Investigación genética

Los investigadores han hallado una secuencia especifica de ácidos nucleicos, uno de los constituyentes del ADN que es un marcador para la artritis reumatoide. Las personas que heredan esta secuencia, sea de la madre o del padre, son más proclives a sufrir alguna
forma grave de artritis, que podría afectar a los órganos internos además de las articulaciones. Estas investigaciones podrían conducir en el futuro a un consejo genético que identifique a las personas con más riesgo de desarrollar alguna forma grave de artritis, o que necesiten un tratamiento mas intensivo.

La causa de la artritis y la búsqueda del gen responsable, sigue siendo objeto de investigación científica. Los factores genéticos juegan un papel en la predisposición a sufrir artritis reumatoide, pero los científicos aún no conocen los genes implicados.

De momento, los científicos opinan que la artritis reumatoide puede deberse a una combinación de factores genéticos y ambientales (seguramente un agente infeccioso como un virus o una bacteria) que hacen que una persona sea propensa a la enfermedad.

El factor de género
¿Es la artritis más común en mujeres que en hombres? La espondiiitis anquilosante es una de las pocas formas de artritis más frecuentes en hombres que en mujeres. La mayoría de las formas restantes afecta mucho más a las mujeres.

En Estados Unidos, casi dos tercios de las personas enfermas son mujeres.
- La osteoartritis afecta a 11,7 millones de mujeres, el 74 por ciento de los casos.
- La fibromialgia afecta a 3,7 millones de personas, y a siete veces más mujeres que hombres.
- La artritis reumatoide afecta a 1.5 millones de mujeres, el 71 por ciento de los casos.
- El lupus afecta a 117.000 mujeres, el 89 por ciento de los casos.
- La artritis reumatoide juvenil afecta a 4.000 niñas, el 86 por ciento de los casos.

Autoinmunidad
Muchas formas de artritis, incluyendo la artritis reumatoide y el LES, están relacionadas con la autoinmunidad. La autoinmunidad es un proceso en el que el sistema inmunológico del organismo se
‘equivoca” y empieza a atacar al cuerpo.
Se piensa que el proceso es activado por una infección, bacteriana o vírica, que dispara la reacción inmune, y que no se desactiva al desaparecer la infección. En la mayoría de los casos no está claro exactamente qué infección está implicada.

Deporte y ejercicio

En  circunstancias normales, el ejercicio es beneficioso, y a la mayoría de las personas les vendría bien practicarlo mas.
No obstante, existen ciertos tipos de ejercicio y deportes que pueden agravar la artritis cuando se tiene una predisposición a sufrirla, y algunos ejercicios y deportes pueden, de hecho, provocar la enfermedad.

Los esfuerzos a que se someten las articulaciones de las bailarinas de ballet son una carga intolerable, y las articulaciones se resienten.

Los deportes de contacto provocan a menudo problemas articulares, de cartílagos y, más adelante, artritis. El fútbol es seguramente el ejemplo más conocido, pero el rugby y otros deportes también son perjudiciales.

- La naturaleza repetitiva de algunos ejercicios puede causar problemas a cualquier edad.

- Muchos deportes son peligrosos, simplemente por el riesgo de lesiones o traumatismos. Cualquier deporte en que uno se pueda caer y romperse un hueso, o sufrir una lesión que requiera cirugía puede predisponernos a problemas futuros.

- El hecho de que muchos tipos de ejercicio y deportes sean competitivos somete al cuerpo a un estado de tensión, y aumenta la probabilidad de traumatismos y desgastes. Los deportes que requieren aguantar una postura antinatural durante un tiempo, con el cuerpo en tensión, son especialmente peligrosos. Las rodillas y, en algunas personas, las caderas, son propensas a sufrir por ese esfuerzo.

El ejercicio debe practicarse con moderación. No someta al cuerpo a una gran carga. Evite deportes que exijan movimientos de giros y torsión. Si tras practicar un deporte o ejercicio siente dolor, tómelo como un aviso: el cuerpo le está diciendo que el esfuerzo es excesivo.
Descanse unos cuantos días y deje que el cuerpo se recupere. Y, la próxima vez que practique su deporte o ejercicio favorito, lleve el calzado adecuado, caliente bien antes de empezar, tenga cuidado durante el ejercicio, pare en cuanto empiece a sentir cansancio y cese la actividad adecuadamente.

Medicamentos

Algunos medicamentos pueden interaccionar con otros, y algunas mezclas de medicamentos pueden provocar efectos secundarios indeseables en forma de artritis. Por eso hay que consultar con el médico antes de tornar una medicina, e informarle de todos los medicamentos que se esté tomando. Es de especial importancia, por ejemplo, en el caso de gota, porque el tratamiento capaz de aliviar otros tipos de artritis, la aspirina, puede favorecer la gota.

Los medicamentos contra la artritis pueden reaccionar con determinadas medicinas prescritas para la hipertensión, y con el litio.

La vacuna contra la rubéola produce efectos musculoesqueléticos en el 20 por ciento de los casos. Suelen persistir de dos a cuatro semanas tras la vacunación, pero pueden durar más y, raramente, meses. Los pacientes a los que se aplican medicamentos intravenosos, sufren el riesgo de desarrollar artritis séptica.

Al recibir una receta, deben seguirse unas sencillas precauciones.
- Compruebe que lo que hay escrito en la receta sea el medicamento prescrito por el médico.
- Pregunte al médico por los efectos secundarios, para saber qué puede esperar.
- Al recoger el medicamento en la farmacia, compruebe la etiqueta para asegurarse de que le han entregado el medicamento recetado por el médico.

Los errores pueden suceder, y suceden: forman parte de la vida diaria.

Alergias

La reacción alérgica es una respuesta inmune perjudicial del organismo a una sustancia (normalmente un determinado alimento, polen, pelaje o polvo) para el que se ha vuelto hipersensible.

Las alergias alimentarias pueden intervenir en algunos tipos de artritis inflamatoria. Es importante pedirle al médico que le remita a un servicio de alergologia si sufre dolores artríticos sin que exista evidencia de artritis. Una alergia podría ser la culpable.

Sea cual sea la enfermedad o desarreglo, es importante obtener cuanto antes un correcto diagnóstico, para poder recibir enseguida el tratamiento indicado.

Traumatismos (lesiones)

Un traumatismo es una lesión o herida física. A veces, la artritis se desarrolla tras una lesión, independientemente de la predisposición genética a contraerla. La artritis puede desarrollarse muchos años después del traumatismo. Este tipo de artritis recibe el nombre de secundaria.

Tabaco

Fumar tabaco provoca más de 100.000 muertes prematuras al año en el Reino Unido, 23.000 en Australia, y alrededor de 350.000 en Estados Unidos. Pocos fumadores pueden pretender ignorar los peligros del tabaquismo. Aunque en el mundo desarrollado cada vez se fuma menos, el tabaquismo está en aumento en algunos países en desarrollo.

Fumar no sólo es peligroso por las enfermedades que causa, como el cáncer de pulmón, sino porque empeora prácticamente cualquier otra enfermedad. La artritis no es ninguna excepción. El tabaco contiene sustancias tóxicas, y fumar destruye hasta el 15 por ciento del suministro de oxigeno del cuerpo. Eso significa que se requiere más tiempo para la regeneración del tejido dañado, y que el dolor y el cansancio son mayores en los artríticos que fuman.

Tabaco e investigaciones sobre artritis

La revista Annals of the Rheumaflc Disease publicó un estudio que afirmaba que fumar aumenta la gravedad de la artritis reumatoide. Investigadores de la Facultad de Medicina de lowa, Estados Unidos, estudiaron la gravedad de la enfermedad en más de 300 pacientes. Concluyeron que fumar es un factor de riesgo significativo y modificable que afecta a la gravedad de la artritis reumatoide.

La artritis reumatoide provoca inflamación crónica y degeneración de las articulaciones, sobre todo de las de los dedos, manos, pies, tobillos, rodillas y hombros. Se suele diagnosticar por la presencia de articulaciones inflamadas, radiografías que revelan erosión alrededor de la articulación afectada, y por la presencia de anticuerpos conocidos como factor reumático, en la sangre.

Tras contar con los factores de riesgo de la artritis reumatoide, como la edad y el sexo, el equipo de la Universidad de Iowa observó que los pacientes que habían sido o eran fumadores tenían más probabilidades de tener un nivel alto del factor reumático, y más riesgo de sufrir erosión ósea. Además, los que habían fumado durante más de 25 años, triplicaban el riesgo de factor reumático y erosión ósea frente a los no fumadores.

Los peligros

Fumar puede provocar anomalías en el sistema inmunológico de los que padecen artritis reumatoide, en los pulmones y otras partes del cuerpo. Fumar aumenta el nivel de glóbulos blancos, y fumar mucho puede provocar anomalías en las células del sistema inmunológico, que pueden aumentar el riesgo de infecciones. Fumar compromete la actividad del sistema inmunológico del organismo, y los autores del estudio sugieren que puede ser más importante en el desencadenamiento de la enfermedad que en su perpetuación.

El estilo de vida

Éstos son los pasos que debe seguir para reducir el riesgo de desarrollar artritis, o para aliviarla si ya la sufre.

Disminuir los riesgos

1. Mantenga su peso dentro de unos límites normales. Si no está seguro de cuál es su peso ideal, puede calcular el índice de masa corporal
2. Coma sano. Tome cinco porciones de fruta fresca o verdura al día, cruda o al vapor para preservar sus vitaminas y minerales. Tome alimentos ricos en hierro y calcio, y considere tomar suplementos de aceite de pescado, rico en los ácidos grasos esenciales omega 3, EPA y DHA.
3. Practique algún ejercicio regularmente y con moderación, teniendo en cuenta el esfuerzo al que se verá sometido el sistema musculoesquelético. Preste atención especial si el ejercicio somete su cuerpo a esfuerzos.
4. Compruebe los medicamentos que toma, con el médico y en la farmacia.
5. Si piensa que alguna de sus articulaciones puede estar afectada por artritis, consulte al médico con vistas a recibir tratamiento lo antes posible. Cuanto antes comience el tratamiento, mayores serán las probabilidades de conservar la movilidad.

6. Tras una lesión, reduzca el dolor y la tensión sobre la articulación con los ejercicios y técnicas de relajación que mejor le vayan. El ejercicio adecuado puede proteger una articulación frente a futuras lesiones. Recuerde que tan malo es hacer poco ejercicio como excederse en él.


7. Es importante encontrar el punto de equilibrio entre la capacidad de relajarse y la de mantenerse lo más activo y en forma posible. Las clases de relajación ayudan a algunas personas, al igual que otras terapias complementarias, como la meditación, la visualización, la acupuntura y la aromaterapia 
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