Las técnicas de visualización para el alivio del dolor y las
enfermedades graves se desarrollaron en la década de 1960 cuando los Oncólogos
Carl y Stephanie Simonton descubrieron que si los pacientes podían imaginarse
que las células cancerosas encogían y se esfumaban, a menudo sucedía justamente
eso.
Utilizar la imaginación como ayuda para sanar puede dar muy
buenos resultados. La visualización es la capacidad para imaginarse a uno mismo
bien, o con éxito, y en un estado óptimo de salud. Al inducir ese estado
mental, se pueden producir unos efectos profundamente beneficiosos sobre el
organismo. La visualización se ha convertido en parte integral de los cuidados
complementarios oncológicos, y es una terapia impartida en numerosos hospitales
oncológicos. Estas técnicas pueden adaptarse fácilmente a otras enfermedades
graves y crónicas. Incluida la artritis.
En el caso de la artritis, la visualización consistiría en
imaginarse las articulaciones, retorcidas y doloridas, funcionando
perfectamente de nuevo, e imaginarse una vida sin dolor o discapacidad.
Los resultados varían mucho en función de la personalidad
del paciente. La técnica funciona mejor con personas que tienen mucha
imaginación, o con aquellas que permiten que su mente se exprese libremente.
Quizás por esta razón, los niños y los jóvenes tienen más éxito que los
adultos, aunque cualquiera puede obtener buenos resultados si concede la
libertad necesaria a su mente.
Para practicar la visualización creativa, hay que sentarse o
tumbarse en una posición cómoda, antes de acallar la mente. A continuación, se
da rienda suelta a la imaginación y se piensa en cómo mejoraría nuestra vida.
Todas las fantasías están permitidas. Intente imaginarse en un lugar donde se
sienta feliz. Algunas personas se sitúan junto al mar y bajo el cálido sol.
Tiene que imaginarse feliz y bien, sin dolores y con una visión de futuro
positiva.
Tras unos minutos, deberá centrarse en el aspecto concreto
de su vida que más desee cambiar. Intente imaginarse cómo le gustaría ser y
empiece a creer que se producirá el cambio.
El proceso no tiene por qué durar más de 30 segundos, pero
suele requerir unos minutos. Una vez centrado en las principales necesidades,
empiece a pensar en cómo, y si, se empiezan a lograr.
El paso siguiente consiste en hacer una serie de
afirmaciones, escritas o pronunciadas en voz alta, pero siempre expresadas en
presente, más que en futuro. Una afirmación podría ser: “Estoy bien y mis
articulaciones son flexibles y móviles", o expresado de otra manera,
“Atraigo el bienestar y la movilidad a mi vida". La visualización, junto
con otras tecnicas mentales, funciona mediante un mecanismo especifico.
Primero, deberá decidir qué quiere crear, y luego fabricar una imagen mental
del resultado. Cuanto más a menudo repita el proceso, mayor será la
concentración en la meta, y mayores las posibilidades de lograr los resultados
deseados. Las afirmaciones se basan en la misma técnica: el refuerzo.
Con el tiempo, y mediante la repetición, será consciente de
lo que quiere lograr y de cómo conseguirlo.
Ejercicios prácticos
Las siguientes visualizaciones mejoran la salud física:
1. Relájese todo lo posible. Intente proyectar su
consciencia sobre el pie. Compruebe cuánta parte del pie es capaz de sentir con
la mente.
Haga lo mismo con las piernas. Siéntalas con la mente.
Ascienda poco a poco por el cuerpo mientras intenta visualizar el interior de
su cuerpo. Visualícelo todo en buen estado y fuerte.
2. La visualización de la “luz blanca" funciona bien en
caso de enfermedad grave.
En primer lugar, siéntese con la espalda lo más recta
posible. Intente visualizar un estanque de luz blanca en la base de la columna.
Respire hondo y aguante la respiración un par de segundos. Mientras espira,
visualice la luz blanca ascendiendo por la columna y saliendo por la coronilla
y, a continuación, cayendo en una cascada de luz sanadora por todo el cuerpo.
Repita el ejercicio. Cada vez que espire, sienta la intensa luz blanca que
asciende por la columna y se vierte por el cuerpo como una lluvia divina,
mientras cura todo lo que toca.
3. Los artríticos deben desarrollar el hábito de visualizar
las zonas enfermas como fuertes y sanas y las articulaciones en perfecto
funcionamiento. Visualícese mientras camina sin dolor, incluso mientras corre,
e imagine todo lo que podría hacer con su cuerpo, sano y fuerte. La mejoría
deseada se consigue por medio de la energía o fuerza vital subyacente en la
imagen, ¡unto con la técnica de refuerzo.