La meditación es la principal terapia de control mental.
Permite al artrítico alcanzar un nivel más profundo de consciencia y, al
hacerlo, lograr alivio del dolor y los problemas cotidianos asociados a la
artritis.
La práctica de acallar la mente de manera consciente se
practica en Asia y el lejano Oriente desde hace miles de años. La meditación se
ha convertido en un medio popular para enfrentarse al estrés, la tensión y la
ansiedad de la vida moderna.
Desde los años 1960, la meditación ha sido objeto de
investigación científica para intentar descubrir exactamente cómo beneficia a
las personas. Los estudios llevados a cabo con métodos modernos han demostrado
que la meditación regular puede producir una profunda mejora en la salud del
cuerpo y de la mente.
Los beneficios de la meditación
La meditación puede aumentar los niveles de energía, mejorar
la concentración y la salud física, y aliviar el dolor. También puede
normalizar la actividad hormonal, mejorar la circulación sanguínea, estimular
el sistema inmunológico y liberar la tensión muscular.
La respuesta de la relajación
Cualquier tipo de estrés, incluido el derivado de
enfrentarse al dolor crónico, la rigidez y la inmovilidad, afecta seriamente a
múltiples funciones del organismo. Cuando alguien se siente estresado, por
cualquier motivo, el sistema de alerta del organismo se pone en "nivel
rojo" y empieza a segregar una gran cantidad de adrenalina. Esto provoca
una permanente sensación de ansiedad e incomodidad de la que quizá no seamos
conscientes en un primer momento.
Cuando esto sucede, se altera la capacidad de relajación,
incluso durante los periodos de sueño. La meditación tiene el poder de
reducir gradualmente los niveles de estrés, de modo que los
mecanismos de curación del cuerpo puedan, una vez más, actuar.
La meditación permite que las ondas cerebrales pasen de beta
-el estado normal de vigila- a alfa, la frecuencia a la que se produce la
curación, la creatividad y el pensamiento positivo. En el estado alfa, la mente
se acalla, se vuelve receptiva y siente más que piensa.
El compromiso de la relajación
La meditación no produce ningún efecto secundario negativo,
y puede practicarse sin restricción de lugar y hora. Sin embargo es un arte que
debe aprenderse y practicarse a diario, para obtener beneficios.
Para la mayoría de la gente, el arte de estar relajado y
consciente a la vez no es algo natural. Requiere un esfuerzo insistente
aprender las técnicas.
Hoy en día, existen muchas escuelas de meditación, y muy
diversas maneras de meditar. A ciertas personas les resulta más fácil meditar
en una clase, con la ayuda de un guía. Otras prefieren estar solas. La
meditación puede aprenderse fácilmente en casa. Para empezar, conviene comprar alguna
cinta que nos guíe en la meditación y evite que nos aburramos, o durmamos,
antes de dominar el arte de la concentración relajada.
Puede que nuestra mente empiece a divagar y a pensar en
cosas triviales, como que hay para cenar o qué incluir en la lista de la
compra. Una manera de acallar la mente es centrándose en algo -la llama de una vela, o una imagen espiritual- a lo que
volver cada vez que la mente empiece a divagar. No hace falta mantener los ojos
cerrados.
La meditación ha demostrado su eficacia en el alivio del
dolor, y se utiliza cada vez más en los hospitales, clínicas del dolor y
residencias, con esa finalidad. Requiere dedicarle un cierto tiempo a la
práctica diaria, pero los resultados lo compensarán con creces. El efecto de
cada sesión de meditación dura únicamente unas pocas horas, y por eso se
recomiendan dos sesiones al día.